Ahora más que nunca ha quedado claro que nuestro entorno, la sociedad, el trabajo, la vida cambia a un ritmo vertiginoso y eso nos exige ser muy permeables para adaptarnos lo más rápido a lo que viene. Pero como estarás experimentando, esta capacidad no es fácil desarrollarla ni ponerla en práctica, y menos en estructuras empresariales donde trabajan muchas personas, tienen años de historia y por lo tanto inercias en las formas de trabajar y en la manera de entender y hacer las cosas. Sin embargo, más allá de un valor o una habilidad diferencial, la capacidad de adaptación al cambio ha pasado a ser necesaria para poder seguir, para poder ser, para no quedarse estancadas, perder competitividad y como consecuencia volumen de negocio.
Por eso hoy quiero hablarte del Liderazgo Ágil, puesto que nos acerca a esa realidad y ese dinamismo, en definitiva, a la agilidad necesaria para poder implementar una verdadera adaptación al cambio, entre otras cosas. Pero ¿qué es el Liderazgo Ágil?
Siendo sincera, lo primero que me gustaría decirte es que el Liderazgo Ágil no es nada, y lo es todo. Es aquello que cada uno quiera que sea, tendrá el significado que le des, la importancia que le quieras otorgar y la utilidad que seas capaz de implementar. Hoy te comparto lo que el Liderazgo Ágil es para mí y desde ese punto de vista del que escribí el libro.
El Liderazgo Ágil no es un estilo más dentro de los estilos de liderazgo; es una manera de entender la cultura de la empresa, una manera de entender el trabajo en equipo. En resumen, una filosofía de vida y de trabajo dentro de la empresa y fuera de ella.
Es decir, el Liderazgo Ágil nos da un marco donde prevalecen ciertos valores, ciertas lógicas, que después cada equipo, cada organización, sea del ámbito que sea, puede adaptar a su realidad.
Como diríamos en Teamlabs, laboratorio de aprendizaje en equipo en el que lidero los procesos de innovación y cambio que hacemos con y para otras organizaciones, se trata de desarrollar una mentalidad, un mindset de aprendizaje constante y trabajo en equipo desde la implementación de prácticas diarias muy sencillas.
Una lógica de convivencia en la que todas y cada una de las personas de la organización son corresponsables de lo que ocurre y deja de ocurrir, donde las decisiones se toman en base a un bien común, un propósito más grande que uno mismo. Habilitando múltiples liderazgos y responsabilidades que aseguran que las cosas ocurren, pero que rompen con la lógica jerárquica que termina por bloquear con cuellos de botella un desarrollo ágil y la innovación, que con los sistemas de coordinación adecuados, surgen de manera orgánica y sin caer en el libre albedrío.
En resumidas cuentas diría que el Liderazgo Ágil se caracteriza por:
- Poner a las personas en el centro. Tanto a usuarios y clientes finales como a las personas que componen la empresa, entendiéndolas como usuarias internas.
- “Make it simple & meaningful”. Busca lo sencillo, lo aplicable con agilidad aunque con profundidad al mismo tiempo, encontrando ese equilibrio entre lo simple y enfocado en lo verdaderamente significativo.
- Autonomía. La organización se basa en liderazgos que junto a un propósito bien definido y unas pautas del juego bien establecidas la organización puede autopropulsarse, alejándose de jerarquías que generan dependencia y dificultan la innovación o de todo lo contrario, ese caos desorientado o libre albedrío que nos agota pero no nos trae resultados reales.
Cuando hablo de estos elementos, hay equipos que me dicen que ellos ya hacen eso. Sin embargo, cuando comenzamos a indagar descubrimos enseguida que no hay una implementación real, sino una alineación de estos valores con los que la organización quiere adquirir.
El Liderazgo Ágil consigue simplificar y hacer accesible para cualquier equipo y organización ajustar esos detalles del día a día que hará que esa mentalidad y manera de trabajar, de aprender y de innovar sea una realidad en el día a día y no una proyección ilusoria o una utopía inspiradora.
Esto quiere decir que estas habilidades y nueva forma de entender la organización no es innata, al contrario, se puede aprender e incorporar. Para lo que el primer paso será ir introduciendo pequeños cambios, entender qué prácticas sencillas debemos incorporar en las reuniones, en el diseño de proyectos, en la comunicación interna,… que puedes encontrar en el libro Liderazgo Ágil y en los recursos gratuitos de la web así como en mis redes sociales.
Welcome to the human era!